Nuevamente el albo, con el apoyo de su gente, en otra prueba ante un adversario que todavía le está constando adaptarse a la categoría. El equipo misionero ascendió para jugar en esta temporada en el Argentino A y hasta ahora cuenta en su haber con un campaña que mucho no le favorece, porque se ubica de la mitad de la tabla en forma descendente.
El albo se vanagloria por el buen momento que atraviesa, sustentado por un juego efectivo y punzante de mitad de cancha hacia adelante. La búsqueda incesante de una dupla ofensiva, conformada por Agudiak y la Chancha Zárate, provocan un estado de alerta permanente a los defensores contrarios.
Pero la mayor satisfacción que está teniendo el Tano Víctor Riggio es el aceitado trabajo colectivo que se observa partido tras partido. El funcionamiento, tanto en defensa como en el mediocampo, aparecen sin fisuras que le permite controlar sin ningún tipo de complicaciones a cuanto adversario enfrentó hasta el momento.
De todos modos, cada partido presenta un interrogante. Por lo tanto, el equipo millonario tendrá esta noche que adaptar los recursos que rindieron acertadamente en sus anteriores presentaciones.
Repetir o quizás mejorar de lo que se hizo hasta la fecha es otro desafío para este grupo de jugadores con el Tano Riggio a la cabeza como responsable técnico.
La gente millonaria, que nuevamente desempolvó del recuerdo aquellas viejas epopeyas, pero con otros nombres, está vez se mostró ávida de que se obtenga algún logro.
El primer paso demandará la posibilidad de ir asegurando un lugar entre aquellos equipos que se meterán en la pelea por la clasificación. Por lo que demostró Gimnasia y Tiro hasta ahora, no tendría problemas de lle gar a la siguiente ronda.