El choque adelantado por la lluvia tuvo de todo: al canadiense tratando de complicar al Potro, incluso con cabezazos que terminaron cortando una de las cejas del argentino; la tremenda falla del árbitro Jorge Basile en el round 8, cuando el Potro tenía para liquidar el pleito, y la reducción a diez asaltos cuando debían ser 12.
“Teníamos confianza por el trabajo previo que hicimos. La planificación era cansar al rival para atacar después. Los dos últimos rounds eran fundamentales para llevar a cabo nuestro plan de trabajo pero fueron diez”, expresó el campeón. Y acerca del rival, sostuvo: “Si bien no llegamos a sentir ninguna mano, salvo una abajo, el canadiense trabajó bien e hizo su estrategia”. Luego del combate Decarie rompió en llanto en su vestuario, junto a su equipo.
El púgil canadiense comenzó muy bien los primeros 4 asaltos. “Nos tocó un digno rival, también con muchas mañas”, apuntó el Potro. Según el campeón, a partir del quinto asalto empezó a tener el control. “Lo apuré un poco y me di cuenta que cuando le llegaban mis golpes retrocedía. Entonces fuimos a buscar”, dijo.
En la búsqueda por liquidar al canadiense lo derribó en el 8§ asalto. En ese momento, Basile (árbitro porteño) se equivocó feo y terminó antes de tiempo el round.
“Sigo estando listo para pelear por un título del mundo”, sostuvo Abregú, y agregó: “Estamos muy contentos por la nueva corona, la que representaría el título interino a nivel mundial”.