Es que el albo, si bien no brilló, mostró sus argumentos ofensivos en varios pasajes del partido, además de un componente de actitud y ambición que podrían haberlo conducido a la victoria en la fortaleza del ferroviario santiagueño. Sin embargo, una contra veloz, una distracción, el apetito goleador de Héctor Arrigo y la inoportuna pierna de Federico Rodríguez para descolocar al arquero Ernesto Hernández, hicieron que el conjunto de Víctor Riggio se retire con las manos vacías de la madre de ciudades. Pese a la aceleración del local en los primeros minutos del partido, el albo se las ingenió para generar peligro: a los 10’, Guglielmi jugó con Acosta y éste habilitó a Vazzoler, que no llegó a conectar el balón. Y a los 16’ Zárate recibió de espaldas y guapeó entre dos defensores para rematar desviado. Con el correr de los minutos comenzó a crecer el ferro, apremiado por el pedido de su gente, pero sin claridad en sus intentos.
Pero en el complemento se vio la mejor versión de Gimnasia, con un Guglielmi enchufado, un Vazzoler movedizo y un Zárate encendido. Tal es así que la Chancha definió cruzado ante la salida de Caffaratti y el palo le dijo “no”. Dos minutos después, el 9 tuvo otra vez el gol en sus manos, pero la puntada final no era el fuerte de un equipo ambicioso y dispuesto a llevarse algo más que un punto de Santiago del Estero.
Gimnasia aprovechaba el envión ante un ferro errático y que le quemaba la pelota mientras la visita lo presionaba en cada salida y lo ponía en aprietos. Los de Ragusa inquietaban desde afuera, como en la acción de Scaserra (10’) que probó los reflejos de Hernández; pero Gimnasia respondía, como a los 19’, cuando el Guly habilitó a Vazzoler para que el santafesino fusile al “uno” ferroviario a quemarropa. Y en el mejor momento de Gimnasia, la defensa del albo se durmió y apareció Arrigo: el ex-Juventud definió con un zurdazo cruzado que rebotó en la pierna del Bocha Rodríguez. Por desgracia, el balón ensayó una parábola ascendente que descolocó a Hernández y se metió en la red. El gol fue un cachetazo para un Gimnasia que no se achicó y que, incluso, tuvo para ganarlo, aunque el oportunismo de Central Córdoba fue más. En el final (43’), Ascencio no pudo definir una jugada que inició Guglielmi y continuó Vazzoler. Se hacía de noche y al albo no le salió “ni el tiro del final”.
