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3 jun 2013

JUVENTUD HIZO TODO A MEDIAS

Algo más debió haber hecho. Juventud no puede pretender el segundo ascenso si no es capaz de arremeter contra su adversario.
En estas instancias no puede andar con medias tintas. Ni el equipo ni su técnico. Porque el santo empatando en un tanto con Sportivo Belgrano; primero, por un grosero error del defensor Noce, segundo, porque Albornoz le puso el freno de manos al equipo con el primer cambio y tercero porque a los jugadores les faltó inteligencia o convicción para insistir, aún sin espacios, aún sin Acosta, por ejemplo.
Tendría que haber hecho algo más el equipo antoniano para poder ir a San Francisco con una ventaja, pero ahora irá obligado a ganar para pasar, es decir, tendrá que ir a hacer lo que no terminó de hacer acá en Salta.
El santo debe entender que en estos momentos hay que atropellar en todo momento. Así como arrancó el partido: en cinco minutos Prieto escapó en velocidad y elevó apenas su disparo; luego Triverio metió un cabezazo que se fue cerca del palo. Y la jugada previa había sido un “jugadón” que incluyó un taco de Prieto y un buen centro de Acosta. El fervor de la gente empujó siempre. Acosta volvió a probar con un cabezazo que Barucco tapó con lo justo y luego Torres con un remate que se fue apenas desviado. Juventud hizo méritos para estar arriba, pese a que Sportivo comenzó a sentirse cómodo y esporádicamente intentó reaccionar con su mejor cuarteto: Francia, Tapia, Barrionuevo y Aróstegui. Sobre el cierre de la primera etapa Aguirre capturó un rebote en la medialuna y le pegó con alma y vida, entre todos. El estadio explotó y Juventud se fue al descanso con la ventaja. Había hecho un buen primer tiempo, debía hacer más en el complemento.
Pero acá se equivocó el Tahuichi Albornoz. En apenas doce minutos sacó a Acosta y el equipo perdió hasta la intención de atacar. Se vino Sportivo, mandó varios centros y en uno de esos llegó el segundo error: Noce agarró a Farías en el área y Arco cobró penal. Tapia no falló, marcó el empate que le hizo notar al santo que las cosas las había hecho a medias. La reacción fue tardía y tampoco alcanzó. El santo no tiene otra opción que ir a terminar su trabajo en San Francisco.

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