Pero el millonario no sólo dejó escapar dos puntos, sino que recibió cinco goles de local ante el humilde y austero expreso. El partido no dio respiro desde el comienzo. Porque el albo salió decidido a comerse crudo a su rival. Y porque el expreso verde estuvo decidido a vender con sangre su derrota, tal como lo marca el estigma made in Tucumán. A los 16' Acosta definió con una joya tras una buena combinación con Toledo y enmudeció al Gigante del Norte. Lejos de perturbar los ánimos del local, el equipo del Tano Riggio no se desesperó y con oficio y serenidad empezó a rodearle la manzana al verde, de la mano de un Ceballos recargado como usina de juego y un Leandro Zárate inspirado. Tal es así, que La Chancha marcó un doblete en tres minutos para dar vuelta el encuentro: a los 25' aprovechó un gran gesto técnico de Vezzani para definir con clase por sobre el cuerpo de Fernández. Y a los 28' madrugó a toda la defensa de San Jorge al desviar la trayectoria de un centro de Ivo Chaves y descolocar al guardavallas. El envión positivo del albo contagió a la gente y la tropa millonaria se engolosinó. A los 32' Ceballos ensayó un disparo rasante que infló la ratonera para poner el 3 a 1. Y mientras el local festejaba y la defensa dormía, apareció Naresse solo para descontar y agregarle al pleito una fuerte carga eléctrica. El partido era palo y palo.
En el complemento, a los 10', de una falta infantil nació la contra perfecta, el desborde de Villafañe, el centro y el gol de un solitario Acosta que entró “como pancho por su casa”. Era el 3 a 3, Luego llegó el show: Aldonate con un disparo débil venció a Mulieri; luego Ceballos deleitó con otra “joya”; Martín Martínez volvió a silenciar a los albos y en el tercer minuto de descuento apareció la pierna salvadora de Rodrigo López para estampar el empate agónico.
Gimnasia y San Jorge regalaron un partido “de otro planeta”, pocas veces visto en la categoría, que además desnudó una realidad: la endeble defensa de Gimnasia y dos puntos que puede costarle el mismo objetivo.
